Cultivar el equilibrio, para navegar la incertidumbre

Fondo de Acción Urgente

24 Marzo 2022

Se cumplen ya dos años desde el comienzo de la pandemia por Covid-19, un hecho histórico al que los gobiernos respondieron con medidas de aislamiento y confinamiento. Al mismo tiempo que las fronteras cerraban, las cifras de muertes iban en aumento. En el Fondo de Acción Urgente para América Latina y el Caribe, tomamos medidas de cuidado y protección para nosotras como equipo; pero, también para seguir acompañando a nuestres aliades y copartes, que se enfrentaban a estos contextos de militarización y vigilancia.

Después de algunos meses, comenzamos a preguntarnos ¿cuánto tiempo durarán las medidas? ¿cómo las crisis que ya se vivían en nuestra región se verán profundizadas?, y ¿cómo las luchas y resistencias ya urgentes podrían pasar a un segundo plano, pues el foco de atención estaba en la contención y atención al virus?.

Junto a Tatiana Cordero, Directora Ejecutiva del FAU-AL,en marzo del 2020, comenzamos a reflexionar y pensar sobre lo que implicaba vivir en la incertidumbre. En este tiempo hemos escuchado sus enseñanzas y aprendizajes pero también decidimos ver más allá de la incerteza y comenzamos a cultivar el equilibrio. No ha sido un camino fácil, pero nos hemos nutrido de diversas estrategias, encontramos certezas al interior de la organización que nos permiten hacer frente al mundo cambiante y volátil en el que ahora vivimos, así continuamos apoyando a los movimientos de mujeres, feministas y de personas LBTIQ+ en América Latina y el Caribe.

Una de las preguntas que ha guiado nuestro propósito en estos dos años es: ¿dónde están nuestras prioridades y cuáles son los valores a los que le hemos estado apostando como sociedad y cómo humanidad? A partir de este cuestionamiento hemos tomado varias decisiones. Nos hemos dado el tiempo de escuchar las necesidades que tenemos como equipo, y hemos puesto especial atención a las necesidades que vienen de las personas a las que apoyamos, sabemos que en cada comunidad y territorio, la pandemia se vive de manera distinta.

Nos permitimos pausar para volver a comenzar con energías renovadas, honrando el camino, y a la muerte que nos ha acompañado muy de cerca en este tiempo. Nos hemos despedido de personas que nos guiaban, una de ellas fue Tatiana Cordero, quién falleció en abril del 2021. Su partida implicó un gran movimiento a lo interno y en cada una de nosotras personalmente.

Abrazar la incertidumbre no es sencillo, pero hemos hecho uso de la flexibilidad y la capacidad de adaptación desde la cual América Latina y el Caribe, existe y resiste, modificamos planes, nos adaptamos y reflexionamos sobre la urgencia, ampliando nuestros criterios para los apoyos y alargamos plazos, nos reconocemos en les otres y recordamos siempre los objetivos y metas que nos trajeron a este camino, pues ellas nos llaman a construir otros mundos posibles y ese sueño no ha cambiado, incluso ahora que hay una conmoción global.

Nos queda claro que la incertidumbre será algo que siempre nos acompañará, pero también sabemos que es importante sentar algunas bases que nos den equilibrio y calma, en momentos dónde todo está agitado. Nos hemos mirado a profundidad y hemos re-descubierto nuestras fortalezas y debilidades, así tenemos bases y pilares que nos dan rumbo y nos dibujan caminos a seguir.

Reconocemos que el mandato de priorizar el capital sobre los cuerpos y la vida, sigue vigente e impide que haya igual acceso a la salud y a una vida digna para todes. Hay quienes siguen lucrando con la enfermedad y la muerte; y, peor aún, quienes usan este momento para seguir vigilando, persiguiendo y criminalizando a quienes luchan por la vida e interpelan la injusticia. En estos momentos se hacen evidentes las fisuras democráticas y sus debilidades, y un modelo de mundo en donde la discriminación, la racialización y la desigualdad son la manera que se tiene normalizada para actuar.

La colectividad es lo que nos permite pensarnos y hacer la diferencia, la fuerza colectiva es la que nos mueve a un lugar mejor; equitativo, cuidadoso, diverso, etc. Es la comunidad y la solidaridad la que aporta para el cuidado y abre nuevos caminos y posibilidades.

Creemos que es fundamental escucharnos, entender las diferencias y similitudes en nuestros contextos y hacernos más fuertes compartiendo conocimientos y experiencias desde los territorios. Apostamos a que la fuerza de las mujeres y las organizaciones nos permite hacer y actuar de otras maneras, siempre priorizando la existencia. Reconocer que los ritmos de vida han cambiado es fundamental, y nos ha permitido sentirnos tranquilas sin ponernos presiones extras a las que ya tenemos.

La fuerza y el apoyo que hemos sentido del afuera nos ha permitido seguir conectadas al quehacer diario y a la resistencia colectiva. Esperamos seguir construyendo reflexiones junto a todas las personas con las que trabajamos y a la vez seguir imaginando otros mundos posibles.


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