Este 28 de junio es el Día Internacional del Orgullo LGBTIQNB+, consideramos importante señalar las políticas y acciones que están poniendo en riesgo sus derechos en América Latina y el Caribe.
Es preocupante la fuerza obtenida en los últimos años por las distintas fuerzas conservadoras que sostienen los fundamentalismos y los discursos de odio en la región, ya que a pasos agigantados y violentos se han frenado y obstaculizado la garantía a vivir una vida libre y digna para quienes desafían la heteronormatividad y se viven desde las disidencias.
En menos de 6 meses, Argentina tuvo un cambio drástico, pues con la llegada de Milei a la presidencia, llevó al país a una crisis grave de derechos humanos. El cierre de la Subsecretaría de Prevención contra la Violencia de Género, es una de los principales golpes para combatir la violencia contra las mujeres y personas LBTIQNB+, por lo que ahora no hay una instancia del Estado que se responsabilice por velar sus derechos.
Con la aprobación de la Ley Bases, quedan vulneradas las garantías a derechos laborales, e igualdad de género especialmente para las personas de la comunidad LGBTIQ+, además con la prohibición del Lenguaje Inclusivo en la administración pública de Argentina, se perpetúa la discriminación y la violación a los derechos de identidad y orientación sexual.
En Chile, el Ministerio de Salud de manera improvisada y respondiendo a argumentos transfóbicos, decidió “suspender los tratamientos hormonales para toda persona menor de 18 años”, dejando sin claridad cuál será el proceso para quienes requieran o ya estaban en estos tratamientos, lo cual deja desprotegidos los derechos de las infancias trans e invisibiliza la lucha por el respeto a la diversidad sexo-genérica.
Además de eso, la Cámara de Diputadas y Diputados rechazó la reforma a la “Ley Zamudio” la cual proponía profundizar acciones para la “erradicación, prevención, sanción y reparación de toda discriminación arbitraria”, sin embargo bajo argumentos LGBT-odiantes y anti-derechos, desecharon la iniciativa que era defendida por el trabajo de años de colectivos feministas y de la comunidad LGBTIQ+”.
En Colombia, el Congreso hundió el proyecto que buscaba Prohibir losEsfuerzos para Corregir o Cambiar la Orientación Sexual y la Identidad de Género (ECOSIG) o mal llamadas terapias de conversión, después de que había pasado exitosamente los primeros dos debates de la Cámara de Representantes en marzo, pues los senadores lograron modificar la orden del día, para que la iniciativa no pudiera ser discutida. Estas acciones representan un retroceso sustancial en la garantía de los derechos de las personas LBTIQNB+, y es un riesgo a la democracia del país.
En Perú, el Ministerio de Salud incluyó a las identidades trans en la lista de padecimientos mentales en el Plan Esencial de Aseguramiento en Salud (PEAS), contradiciendo lo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) determinó sobre que la transexualidad no es un trastorno mental. Este es un grave retroceso en materia de derechos, ya que promueve la discriminación y la violencia contra las personas trans, además de que abre la puerta a que sean sometidas a “terapias de conversión”.
En El Salvador, el gobierno decidió eliminar los contenidos sobre perspectiva de género en los planes de estudio, esto como parte de sus acciones y discursos violentos, llamando “ideología de género” a toda la educación que habla sobre diversidad sexo-genérica, feminismos, educación integral en sexualidad, igualdad, etc. Estas acciones abonan al incremento en violencia de género y ataques de odio, además de que es una clara violación a derechos humanos.
En Argentina continua la ola de crímenes y de violencia contra las disidencias perpetuadas por el constante discurso de odio por parte del Estado, un ejemplo es el triple lesbicidio en Barracas, que desató una ola de protestas e indignación al no ser tipificado, ni juzgado con perspectiva de género. De acuerdo con el Observatorio Nacional de Crímenes de Odio LGBT+, durante el 2023 se registraron 133 crímenes de odio, de los cuáles el 71% fueron cometidos por el Estado, esto es sumamente alarmante, porque el Estado es quien debería garantizar seguridad y protección a la sociedad y no ser quien vulnere la vida y derechos de la comunidad LGBTIQ+.
De acuerdo a la organización Colombia Diversa, hasta abril de este año, se registraron 8 asesinatos a personas trans, y en 2023 fueron asesinadas 159 personas de la comunidad LGBTIQ+, estas cifras son alarmantes, ya que no se vislumbran políticas o intenciones por parte del Estado para erradicar ésta violencia.
La Ciudad de México a pesar de ser considerada la “ciudad de los derechos” en México, tiene la mayor cantidad de asesinatos a personas trans en lo que va del año, registrando 8 transfeminicidios. Aunado a esto, el país muestra un aumento de violencias y asesinatos a personas y activistas LGBTQ+. La organización Letra S ha documentado al menos 31 crímenes de odio contra personas de la diversidad sexo-genérica y advierte que la cifra de personas asesinadas podría ascender a más de 150.
Organizaciones peruanas declararon que en 2023 al menos 8 personas trans fueron asesinadas por crímenes de odio, sin embargo, no existen registros oficiales, pues no hay alguna instancia que lleve este registro.
De acuerdo al Observatorio de Muertes y Violencia LGBTI+ en Brasil, en 2023 se registraron 184 asesinatos de personas de la diversidad de género, a pesar de que esta cifra va disminuyendo, Brasil sigue siendo el país más peligroso para la comunidad LBTIQNB+.
Entre 2020 y 2022 la Iniciativa Mesoamérica de Defensoras IM-D registró que en el 19% de los casos de agresiones a defensoras de Derechos Humanos en Honduras, Nicaragua, El Salvador y México fueron una repuesta directa al trabajo de la organización o grupo que promueve la defensa de derechos de las mujeres y población LGBTTTIQ+.
Aunque el clima político en nuestra región no es favorable para el acceso a derechos de las poblaciones más desfavorecidas y en especial de quienes se viven desde las diversidades sexo-genéricas y disidencias, desde el FAU-LAC queremos sumarnos a las demandas del movimiento LBTIQNB+, acompañar su fuerza y la dignidad con la que resisten en toda nuestra América Latina . Sabemos que las crisis que enfrentamos actualmente, responden a un modelo enraizado en el colonialismo, el extractivismo, la militarización y otras crisis.
Tenemos la certeza de que otras formas de amor son posibles, otras realidades se construyen ya desde las organizaciones y colectivos LBTIQNB+ en toda el Abya Yala. Es por ello que seguiremos apoyando y visibilizando las acciones que desde la resistencia y dignidad siguen luchando por el sentido de identidad y orgullo para el movimiento LBTIQNB+ de América Latina y el Caribe.