“La misma lucha nos impulsa, somos varias, no soy sólo yo”
Del 25 de noviembre al 5 de diciembre de 2019 visitamos cuatro ciudades de Guatemala: Ciudad de Guatemala, Santiago Sacatepequez, Panajachel y Quetzaltenango. Durante este viaje nos reunimos con más de 80 activistas de 58 organizaciones y colectivas de diferentes regiones del país. Decidimos viajar a Guatemala debido a que el número de solicitudes de apoyo recibidas en el último año era bastante baja, teniendo en cuenta el contexto de corrupción y violación a los Derechos Humanos bajo el gobierno de Jimmy Morales, las altísimas cifras de violencia contra las mujeres y la posibilidad de complejización del contexto con el presidente entrante en 2020.
Agradecemos a todas las organizaciones aliadas y aquellas a las que conocimos durante la visita, estaremos cerca en la distancia para hacer seguimiento a estas realidades y continuar apoyando al movimiento feminista y a las defensoras en ese país.
A continuación, compartimos los temas que surgieron durante nuestras reuniones, y los análisis y apreciaciones de las defensoras sobre el contexto, así como sus maneras de cuidarse, de protegerse y de continuar resistiendo.
Violencia contra mujeres y niñas
Según ONU Mujeres, Guatemala es uno de los países con “mayor tasa de muertes violentas de mujeres”. Entre enero y septiembre de 2019, 300 mujeres fueron víctimas de feminicidio en Guatemala según cifras de Grupo Guatemalteco de Mujeres (GGM). Además del riesgo de feminicidio, la violencia sexual es una gran amenaza para las mujeres y las niñas en Guatemala. De cada diez casos de violación sexual denunciados ante el Ministerio Público en 2019, cinco son contra niñas, niños y adolescentes. Las mujeres con discapacidad son más vulnerables en este aspecto pues no existen mecanismos accesibles para facilitar sus denuncias. Además, hay casos de niñas con discapacidad mental que han quedado embarazadas tras una violación y no han recibido atención integral, pues su caso se trata como “problema psiquiátrico”, según nos comentaba una integrante del Observatorio de Salud Sexual y Reproductiva.
La violencia contra las niñas se refleja también en el altísimo número de embarazos. Solamente entre enero y noviembre de 2019, el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social reportó 1892 casos de embarazos en niñas menores de 14 años. Es urgente desarrollar medidas para atender y contrarrestar esta realidad pues, aunque se han hecho diversas peticiones y proyectos de Ley, el país aún no cuenta con un sistema de protección integral para niñas. El caso del incendio del Hogar Seguro fue noticia internacional en 2017: 56 niñas y adolescentes “fueron encerradas como castigo por orden del presidente Jimmy Morales después de amotinarse en protesta por los abusos y malos tratos que vivían en el hogar”. Este caso evidencia la precarización de las instituciones para la niñez y la violencia institucional contra niñas en el país. “Esto es un problema social y hay que abordarlo desde ahí. (…) Deberíamos estar discutiendo la indiferencia hacia las niñas en este país”, compartía una defensora en una reunión. A pesar de la presión internacional sobre el gobierno de Morales en ese entonces, se han engavetado diversos proyectos de ley que diversas mujeres y feministas han presentado para conseguir una protección integral de las niñas en el país.
Cabe señalar, además, que el Estado recortó el presupuesto para los CAIMUS (Centro de Apoyo Integral para Mujeres Sobrevivientes de Violencia), donde se recibe y acompaña a mujeres sobrevivientes de violencias, dejando estos espacios a la intemperie, sin fondos para pagar a sus trabajadoras y mantener las instalaciones, algo que ha tenido un alto impacto en la vida de estas mujeres.
La trata de mujeres es un punto de mucha preocupación para las organizaciones que operan los CAIMUS. Mujeres centroamericanas migrantes son engañadas o secuestradas por redes de trata que tienen presencia en toda Centroamérica. Varias organizaciones que conocimos hacen acompañamiento y han recibido amenazas por denunciar los casos de trata pues hay un entramado de corrupción entre los gobiernos, las redes de trata y el narcotráfico. Las amenazas a las organizaciones que acompañan y denuncian es muy recurrente, y pone en evidencia su alto nivel de vulnerabilidad y el riesgo para las mujeres que ejercen esta labor de defensoras y acompañantes.
Muchas sobrevivientes de trata son mujeres Trans que huyen de Honduras, El Salvador y Nicaragua por persecución en sus países. Aquí es importante resaltar que pocos CAIMUS reciben mujeres trans sobrevivientes, a pesar del altísimo nivel de violencias que sufren. La Fundación Sobrevivientes es una de las pocas que cuenta con atención específica para mujeres Trans víctimas de violencia de género, y cuentan que los casos que recibieron el año pasado incrementaron considerablemente. Según la organización Redmmutrans, estas mujeres Trans migrantes y víctimas de trata llegan a Guatemala en condiciones muy graves emocional y físicamente, y son víctimas de muchos abusos durante el viaje y durante su estadía en Guatemala. La mayoría de mujeres Trans vive en condiciones muy precarias y no cuentan con recursos básicos.
Mujeres Mayas y defensa del territorio
Las mujeres mayas en Guatemala han resistido y luchado históricamente por sus derechos como mujeres indígenas, por sus territorios y por el respeto a su ancestralidad. Casi la mitad de la población guatemalteca es indígena maya, quienes sufren racismo estructural, discriminación y diversas violencias cotidianamente. Muchas mujeres mayas no hablan español, y las instituciones del Estado no cuentan con intérpretes cualificadas, pues la diversidad cultural e idiomática no es una prioridad gubernamental más allá de usarla como imagen para el turismo. El racismo en Guatemala está encarnado en la población, en las políticas de Estado y tristemente al interior de los movimientos de derechos humanos. Es preocupante también que ha aumentado la criminalización y persecución a mujeres indígenas defensoras, algunas han tenido que salir de sus territorios e incluso salir exiliadas. Además, como mencionaban integrantes de Mamá Maquín, la violencia sexual es también uno de los ataques más utilizados contra las mujeres defensoras de la tierra.
Muchas defensoras indígenas y campesinas, así como organizaciones de DDHH con las que nos reunimos, comparten la misma reflexión sobre el Estado de Sitio impuesto en septiembre de 2019 en 21 municipios, planteando que este se utilizó para hacer un mapeo y ubicar a comunidades que están en lucha defendiendo la tierra. Se realizaron allanamientos, y apenas se terminó el estado de sitio, capturaron ilegalmente a varios defensores acusados de tala y de concierto para delinquir. Es importante también mencionar que en Guatemala los procesos judiciales son normalmente demorados e ineficientes bajo un interés político, estrategia que tiene un impacto mayor en las defensoras que son criminalizadas injustamente.
La importancia de las prácticas de sanación y cuidados desde la cosmovisión Maya
El regreso de la militarización, la corrupción y la escalada de violencia contra las mujeres y las comunidades indígenas durante la presidencia de Jimmy Morales hicieron que muchas personas sientan que están volviendo al pasado. Muchas mujeres indígenas sobrevivientes y víctimas de violencia sexual, han tenido episodios de estrés postraumático, según comentaba una defensora, pues han revivido la angustia y el terror de esos años. Las prácticas de sanación desde la cosmovisión maya, y los procesos de sanación colectiva sostienen a las defensoras y sostienen la resistencia. Las mujeres Mayas de la Red de Sanadoras, las mujeres de Tzúninija´, y el colectivo Kaqla, son algunas de las referentes más reconocidas por el movimiento de mujeres en Guatemala, así como a nivel regional. “La misma lucha nos impulsa, somos varias, no soy sólo yo” compartía una defensora maya. El sostenimiento entre mujeres es una base muy fuerte para el movimiento, y a pesar de los quiebres y las lejanías entre muchas organizaciones de mujeres, el poder de la juntanza es innegable.
Retos políticos y socio-económicos para el 2020
A finales del 2019, había mucha preocupación por el triunfo electoral de Giammattei, quien fue director del Sistema Penitenciario y participó en la orden de ejecución extrajudicial de siete presos. Además, el gabinete de Giammattei tiene conocidos nexos muy cercanos con grandes terratenientes y empresas extractivistas. En lo que lleva de 2020, la militarización de los territorios donde hay comunidades en resistencia ha aumentado, algo que también es una gran preocupación hoy durante la pandemia por COVID-19.
Por otro lado, desde que se inició el proceso de desprestigio y la no renovación del mandato de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), también se gestó una fuerte desconfianza frente a la cooperación internacional y a los mecanismos internacionales. Así, han ido aumentando las barreras para que las organizaciones accedan a fondos internacionales. Esto se seguirá complejizando si al retomar actos legislativos después de la pandemia, se aprueba la preocupante “Ley de ONGs”, Iniciativa de Ley 5257, la cual está sancionada bajo el Decreto Ley 4-2020 pero su entrada en vigencia fue suspendida en marzo por la Corte de Constitucionalidad de Guatemala gracias a un amparo presentado por varias organizaciones sociales y defensoras de Derechos Humanos.
Seguiremos haciendo seguimiento a estos temas en Guatemala, así como a las acciones y necesidades de apoyo de las organizaciones frente al retroceso en materia de derechos humanos.
[1] https://lac.unwomen.org/es/donde-estamos/guatemala
[2] https://es-la.facebook.com/GrupoGuatemaltecodeMujeres/photos/a.316662718427118/2600654726694561/?type=3&theater
[3] http://observatorio.mp.gob.gt/wordpress/index.php/estadisticasportal/
[4] https://www.svet.gob.gt/estadistica
[5] https://nomada.gt/pais/actualidad/jimmy-quita-altar-a-las-ninas-en-el-parque-para-lucir-la-fachada-del-palacio-nacional/
[6] https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-49160900